La Revolución de Amor es un libro de Joyce Meyer publicado en el año 2009, en el que se explora el amor al prójimo desde un punto de vista completamente fresco, aplicado a la vida contemporánea.
Desde que lo leí en el 2018, la vida me cambió por completo, y acabó siendo mi libro favorito. Por eso, a solo una semana del Día Internacional del Libro, te comparto cinco de las muchas lecciones que aprendí.
1. No esperar a que alguien más se haga cargo
Esta es una historia que oí hace años sobre cuatro personas llamadas Todoelmundo, Alguien, Cualquiera y Nadie. Había un trabajo importante que hacer y Todoelmundo estaba seguro que Alguien lo haría. Cualquiera podía haberlo hecho, pero Nadie lo hizo. Alguien se enojó por ello, ya que era el trabajo de Todoelmundo. Todoelmundo pensó que Cualquiera podía hacerlo, pero Nadie se dio cuenta de que Todoelmundo no lo haría. Al final, Todoelmundo culpó a Alguien cuando Nadie hizo lo que Cualquiera podía haber hecho.
Solemos creer que cambiar el mundo es responsabilidad de todos los demás (menos de nosotros). Por pensar así, es que el mundo está hundido en la indiferencia. Por eso ahora, antes de enojarme o alterarme porque nadie soluciona o hace algo ante una situación, me pregunto: ¿Qué puedo hacer yo? ¿Cómo puedo ayudar?
2. Pequeños actos
A veces pensamos que una 'pequeña ayuda' no va a significar nada. Por ejemplo, puede que al ver a personas que no tienen nada para comer, nos retenemos de ayudar porque no podemos comprarle los víveres del mes, pero tal vez sí les podemos ofrecer un tiempo de comida aunque solo fuera por un día. Eso cuenta, y es una ayuda que de otra manera no habrían obtenido.
Si solo puedes aliviar el dolor de alguien una sola vez durante una hora, aún así vale la pena.
Cuando ocurrieron los incendios en Australia en el 2020, me entristecí mucho, entonces recordé la importancia de los pequeños actos. Busqué páginas de donación a beneficio a aquel caos y di lo que podía. A pesar de que no fue una cuantiosa suma (lo que me habría gustado, por supuesto), sé que mis dólares fueron un granito de arena que ayudó.
3. Es más importante amar que ser amado
Comprender esto requiere de mucho balance: no se refiere a olvidarse de uno mismo o permitir que los demás pasen sobre nosotros, sino de entender que debemos buscar amar a los demás antes que esperar que nos amen a nosotros.
Puede que pienses: "Aquella persona no me felicitó", "aquel no me dio regalo para mi cumpleaños", "esa señora no vino a saludarme", "mi mamá no me preparó el pastel que me gusta y a mi hermano sí", etc. Pero, ¿y si pensamos al revés?...
En vez de enfocarnos en lo que 'dejan de hacer por nosotros', es mejor pensar en lo que nosotros podemos hacer por los demás. Se logra con la práctica, a prueba y error, pero se siente muy bien.
4. Maneras de demostrar amor
El amor no solo se expresa con palabras o abrazos; conlleva muchas otras acciones que podemos hacer por los demás, los conozcamos o no, ya que el amor no excluye a nadie.
Obsequiar algo de tu talento
Ser paciente
Brindar ayuda
Escuchar a alguien (una de las más infravaloradas)
Hacer actos de servicio por otra persona
Tomar en cuenta a alguien
Dar un cumplido sincero
Animar a alguien
Compartir de lo que tenemos
Pasar tiempo con alguien
El amor no solo es un sentimiento, es acción y decisión.
En ocasiones, he demostrado amor a los conductores de Uber cuando necesito de sus servicios, dándoles una barra de chocolate, o a veces, simplemente escuchándolos: uno me contó la infidelidad de su esposa, y luego me agradeció mucho por escucharlo, ya que no había tenido la oportunidad de desahogarse. En otra oportunidad, decidí ser paciente con la cajera en entrenamiento del supermercado; después de todo, me gusta que hagan lo mismo conmigo cuando estoy aprendiendo algo nuevo.
Siempre hay oportunidades y maneras distintas de mostrar amor.
5. Entrenar
El egoísmo es el principal enemigo a vencer, y hay que entrenarnos para poder hacerlo; esto se logra prefiriendo los deseos de los demás antes que los de nosotros.
Al principio resulta duro, pero mientras más lo hacemos, se hace más fácil, sin mencionar la felicidad que da el darse cuenta de que el egoísmo ya no nos domina, por consiguiente, las personas se sienten más cómodas con nosotros.
Por ejemplo, si queda una última rebanada de pizza y hay más personas que la quieren, ¿por qué no se la dejas a alguien más? Si tu amigo y tú deciden ir al cine, ¿por qué no dejas que él decida la película? Hay situaciones en las que preferir los gustos de otros no te afectará en lo absoluto, otras veces habrá sacrificio, pero se convertirán en oportunidades de demostrar amor para que tu prójimo se sienta mucho mejor.
No se trata de convertirse en el 'tapete' de los demás, sino se trata de tener amor propio para darlo a otros; así es como se halla el equilibrio. Habrán oportunidades donde tú podrás darte tus gustos, pero asegúrate de que no estén cimentados en el egoísmo.
Con el libro aprendí a darme cuenta cuando estoy siendo egoísta y cómo puedo ayudar a los demás de distintas maneras. A pesar de que fallo en muchas ocasiones, intento hacer lo mejor cada día. Por ello, al despertar, me repito el lema del libro:
Me dedico a la compasión y rindo mis excusas. Me opongo a la injusticia y me comprometo a practicar sencillos actos del amor de Dios. Me niego a no hacer nada. Esa es mi resolución.
Yo soy la Revolución de Amor.
Estoy seguro de que así como el libro me ayudó a cambiar mi perspectiva, hará lo mismo contigo si le das una oportunidad.
SOBRE MÍ
Andrés Beltanien
Me encanta leer chick lit, middle grade, suspenso y motivacionales cristianos. Actualmente trabajo como distribuidor independiente de Herbalife Nutrition desde hace siete años. Si quieres leer una de mis novelas cortas de fantasía totalmente gratis, haz clic aquí.
Dato curioso: Ya leí seis veces La Revolución de Amor.