Más que una fábula, La rebelión en la granja de George Orwell es una representación satírica de lo que fue la Revolución Rusa y el desenlace que llevó al derrocamiento del sistema imperialista y el inicio del sistema totalitario o comunista en Rusia. En el libro destacan los temas de manipulación, corrupción de los sistemas a conveniencia y el abuso de poder. No es solo una representación o una simbología, sino características que se ven reflejadas en muchas partes del mundo.
1. La manipulación de los medios publicitarios
El uso publicitario de los partidos políticos se ve reflejado por Squealer, el cerdo que habla de forma tan persuasiva y entretenida y logra apaciguar a las masas. Les dice lo que ellos quieren escuchar con tal de que no se revelen ante el líder actual. Por ejemplo, cuando los demás animales se dan cuenta de que los cerdos se llevan la leche y las manzanas para ellos, mandan a Squealer para que los tranquilice y les diga engaños; los animales, le creen y no tocan más el tema.
2. El conocimiento como poder
En el libro, los cerdos, quienes representan a la clase privilegiada, tienen la oportunidad de aprender a leer y escribir. Sus crías van a una escuela de cerdos mientras que el resto de la granja permanece en ignorancia. En una parte, los cerdos escriben los mandamientos en la pared y lo adaptan a su conveniencia, porque solo ellos saben leer. Tristemente, al mantener a las masas en ignorancia, menos se meten en los asuntos importantes que les afectan.
3. Fingir una bonanza que no existe
Ningún gobierno, y mucho menos uno que está dando sus primeros esbozos quiere que los países aledaños se den cuenta de que están teniendo problemas. Napoleón, el líder de la Granja animal, sabe muy bien eso y cuando llegan sus vecinos a hacer tratos con él, les hace creer que hay abundancia de comida y grano. En una oportunidad, hace que llenen con arena los depósitos vacíos de los cobertizos para que cuando llegen los vecinos crean que en la granja todo marcha más que bien. Es decir, que presenta una imagen que no tienen como fin el bienestar del pueblo sino solo una forma de estrategia política.
4. Las relaciones comerciales con quienes eran sus enemigos
En la historia de Orwell, los enemigos de los animales son los humanos, con quienes jamás tienen que hacer tratos. Conforme pasa el tiempo, el lider Napoleón, deseoso de más dinero y grano comienza a hacer tratos comerciales con las granjas aledañas, no todos resultan exitosos para la Granja animal. Hoy, los gobiernos hacen tratos y relaciones comerciales para beneficiar solamente a un pequeño grupo reducido de la población, cuando debería ser equitativo.
"Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros."
5. El abuso de poder
Cuando la Granja animal logra ser libre del régimen opresor en el que vivían con los humanos, creen que ese sueño, el que el Viejo Mayor (Karl Marx) les ha infundido, se hará realidad. Ese maravilloso sueño plasmado es un himno que en parte dice:
"De nuestros hocicos serán proscritas las argollas,
De nuestros lomos desaparecerán los arneses.
Bocados y espuelas serán presas de la herrumbre
Y nunca más crueles látigos harán oír su restallar."
Cuando todo parece que va a mejorar, los intereses del líder y la clase privilegiada salen a relucir. Tristemente, al verse con poder y autoridad en la granja, los cerdos se mudan a la casa del humano, duermen en sus camas, consumen licor y tabaco (todo lo que en un inicio habían prometido no hacer), mientras que el resto de la granja pasa hambre y frío.
6. La explotación laboral
En la Granja animal, hay un caballo llamado Bóxer, poderoso y dispuesto a trabajar horas y horas porque cree que con más trabajo se van a solucionar los problemas. Su lema personal es:
“¡Trabajaré más fuerte!”
Para el líder, el rol de Bóxer en la Granja Animal es importantísimo y valorado, hasta que se lastima y se vuelve inútil, así que lo venden para convertirlo en cuero. Lamentablemente, esta es una realidad social a lo largo del mundo y suele ser que la clase trabajadora tiene que sufrir las consecuencias de pasar horas y horas trabajando por una pequeña cantidad de salario.
7. Intimidar a la clase trabajadora
Cuando Napoleón sube al puesto de Líder en la Granja, de forma muy estratégica, amaestra a perros para tener controlados a los animales. Utiliza las amenazas de muerte y castigos fuertes como con látigo en pezuña. Después de todo, no hay mucha diferencia entre lo que hacían los humanos y lo que hacen los cerdos. Con el paso del tiempo los animales en la granja olvidan lo que es importante y se acomodan a vivir en la misma situación solo que con líderes diferentes.
Al terminar el libro te quedas con un sentimiento triste al pensar en los problemas que sufren las personas debido a la opresión de regímenes gubernamentales liderados por personas equivocadas. Así concluye Orwell:
“Los animales, asombrados, pasaron su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo; y, nuevamente, del cerdo al hombre; pero ya era imposible distinguir quien era uno y quién era el otro.”
SOBRE LA AUTORA
Pily Castillo
Actualmente, Pily está culminando una licenciatura en Lingüística de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Le gusta analizar ese tipo de libros y temas polémicos y compartir sus hallazgos con las personas.
Dato curioso: Su pintura favorita es "El beso" de Gustav Klimt.